En contabilidad, el pasivo representa las fuentes externas de recursos con las que una entidad cuenta para financiar sus operaciones. Son las obligaciones que la empresa debe pagar en el futuro debido a transacciones o eventos ocurridos en el pasado.
Según la Norma de Información Financiera (NIF) A-5, el pasivo es una obligación presente de la entidad, identificada y cuantificada en términos monetarios, cuya liquidación representará una disminución futura de beneficios económicos.
Son las obligaciones que deben liquidarse en menos de un año o dentro del ciclo normal de operaciones de la empresa. Incluyen:
Son deudas cuyo vencimiento es superior a un año o al ciclo normal de operaciones. Ejemplos:
Incluyen préstamos, cuentas por pagar y otros pasivos financieros que requieren desembolsos de efectivo en el futuro.
Son deudas que se pagan mediante la entrega de bienes o la prestación de servicios, como anticipos de clientes o rentas cobradas por adelantado.
Incluyen la emisión de bonos, pagarés o participaciones en el capital de la empresa.
La Norma Internacional de Información Financiera para Pequeñas y Medianas Empresas (NIIF-PYMES) divide los pasivos en:
Es una obligación potencial que depende de eventos futuros inciertos. Por ejemplo, demandas legales o garantías ofrecidas a clientes.
Son pasivos con monto o fecha de pago incierta, pero que es probable que ocurran. Se reconocen cuando hay suficiente evidencia de su existencia.
El pasivo es una parte fundamental en la estructura financiera de cualquier entidad, ya que representa las deudas y compromisos que la empresa debe atender. Comprender su clasificación y características es clave para una adecuada gestión financiera y toma de decisiones.